El niño
y la niña son la parte más vulnerable de la sociedad, corresponde pues a las y
los adultos forjarles un presente y un
futuro mejor.
El
respeto a la infancia tiene su base principal en la familia, aquí es donde se
fomentan los valores o se desechan.
La niñez
de hoy es la promesa del mañana, ciudadanos y ciudadanas que lucharan por sacar
adelante a El Salvador, para legar a los hijos de sus hijos su tenacidad,
esfuerzo, respeto y amor a la Patria.
La niñez
es el semillero que se debe cuidar y cultivar para formar los grandes hombres y
mujeres que enaltecerán con sus obras y buenas acciones el amado terruño que
les vio nacer.
Debemos
entonces, respetar los derechos que por ley les corresponden, respetar sus
virtudes, su inmaculada inocencia; orientar su vocación para que desarrollen
sus capacidades al máximo y se conviertan en entes de cambio pacífico en la
sociedad.
Sólo el
respeto ennoblece y te hace crecer humanamente, desde su cima, la paz es tu
guía y el amor de humanidad, tu sustento.
16-02-2003
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